La neumonía es una de las enfermedades respiratorias que generan mayores desafíos, con tasas muy altas de morbilidad y mortalidad. Microorganismos “clásicos” causantes de la neumonía, como Streptococcus pneumoniae, Legionella, Haemophilus, virus y otros siguen presentes y significan una importante carga; pero además, debido al gran consumo de antibióticos, un alto porcentaje de microorganismos han desarrollado multirresistencia en entornos comunitarios y, sobre todo, hospitalarios. Por otra parte, se ha producido un drástico aumento en el número de pacientes inmunodeprimidos, quienes presentan muy a menudo neumonía provocada por microorganismos diferentes y de difícil tratamiento. Frente a esto, la prevención se está convirtiendo en una estrategia clave. Además, hay en marcha una revolución en el campo de las técnicas de diagnóstico microbiológico, con la implantación de métodos moleculares rápidos que posibilitarán introducir cambios en la gestión clínica de la neumonía. Y, al tiempo, se desarrollan nuevos antibióticos para hacerle frente. A todos estos retos trata de aportar respuestas la Línea de Investigación en Neumonía del CIBERES, a través del proyecto Neumocoper, que coordinan Carmen Ardanuy, Rosario Menéndez y Antoni Torres.

– Usted coordina la línea de investigación en Neumonía del CIBERES, ¿por qué la neumonía sigue siendo una de las enfermedades infecciosas con mayores tasas de mortalidad?

-La primera razón no es otra que el hecho de que en muchos casos puede ser una infección grave. El 40% de los pacientes necesitan hospitalización, y un 14% de este 40% son pacientes que deben ingresar en una Unidad de Cuidados Intensivos. Además, la neumonía incide en pacientes con enfermedades de base que hacen que el pronóstico sea peor. Y no sólo el pronóstico a corto plazo, sino también el pronóstico a medio plazo, porque se ha visto que hay mortalidades de hasta el 30% transcurrido un año de haber sido dados de alta los pacientes.

– ¿Cuáles son las causas de esta mortalidad a medio plazo?

-La hipótesis que se maneja es que después de una enfermedad tan grave de tipo infeccioso queda una inflamación residual que hace que las enfermedades comórbidas se descompensen, especialmente las cardiovasculares, y esto hace que la mortalidad a medio plazo sea elevada.

– ¿Cuál es la prevalencia de la neumonía en España?

-En general, es de 3 a 5 casos por mil habitantes por año. Pero si nos vamos a poblaciones más definidas, como los enfermos de EPOC, la incidencia se eleva hasta 20 casos por mil habitantes por año. Y en pacientes con más de 65 años, se dan 15 casos por mil habitantes por año. Por tanto, se trata de una enfermedad muy prevalente.

En cuanto a la mortalidad, la global está aproximadamente entre el 5 y el 10%; la mortalidad hospitalaria, entre el 10 y el 15%; y la mortalidad de los pacientes que pasan por la UCI se sitúa entre el 20 y el 30%.

– ¿Cuáles son los principales retos para la investigación en este campo?

-La neumonía es aún una de las enfermedades más mortales que tenemos y no se le concedido la importancia debida, cuando hay otras enfermedades menos mortales y menos prevalentes en las que se ha invertido mucho.

Uno de los retos que tenemos es ver cómo podemos disminuir la mortalidad de la neumonía por gripe, porque realmente ha sido muy elevada en los casos más graves. Tenemos que aprender a diagnosticarla más rápido, a tratarla más rápido, y ver si hay otros tratamientos que disminuyen su mortalidad.

El segundo reto es aplicar en los próximos años los métodos de diagnóstico rápido en la práctica clínica. Estos métodos ya están disponibles, pero no hemos demostrado todavía que sean de coste-efectividad. Esto nos permitiría tratamientos dirigidos.

Un tercer campo para la investigación serían los tratamientos coadyuvantes. En general son inmunomoduladores, que no son antibióticos, que permitirían disminuir la respuesta inflamatoria y, por tanto, probablemente la mortalidad.

Y, finalmente, entender mejor qué es lo que ocurre con la mortalidad a medio plazo, para actuar sobre estos enfermos y cuidar mejor de sus comorbilidades de cara a prevenir esta mortalidad.

– ¿Qué ventajas aporta el contar con una estructura como el CIBERES para la investigación en Neumonía?

-En primer lugar, que hay una masa crítica de investigadores que aportan ideas. En segundo lugar, la posibilidad de trabajar en red en varios centros. Y, en tercer lugar, hacer investigación traslacional, que incluye investigación clínica y básica.

– ¿Qué objetivos prioritarios abordan en el marco de esta línea de investigación?

-Tenemos en marcha un proyecto que se llama Neumocoper. Y es “-coper”, de Copérnico, porque pretendemos dar un giro copernicano a la investigación en neumonía. Este proyecto incluye la investigación en bacterias multirresistentes, en pacientes oncológicos con neumonía, en las técnicas de diagnóstico rápido, así como el estudio en profundidad del patógeno más frecuente que es el neumococo,y un paquete de medidas de investigación en modelos animales, además paquetes de prevención en neumonía nosocomial.

– ¿Cuáles son los principales hitos logrados hasta el momento en el marco de esta línea de investigación del CIBERES?

-El año pasado publicamos en la revista Jama un artículo dentro de esta línea en el que se reportaba que la administración de corticoides en la neumonía grave disminuía el fallo del tratamiento en este tipo de pacientes. Este ha sido un hito importante. Pero hay más: se ha publicado mucho sobre inflamación; hay otro trabajo en revisión sobre la prevención de neumonía nosocomial; también hay que destacar lo que se ha hecho en el estudio del neumococo, especialmente por el grupo del CIBERES en Bellvitge, que ha sido muy importante; así como el gran papel que hacen los investigadores básicos. Hay que agradecer muy sinceramente el trabajo de todos los investigadores de la línea de Neumonía.

– En el marco de esta línea trabajan en el estudio de los patógenos resistentes a fármacos, ¿qué nuevos conocimientos tenemos sobre estos microorganismos y sobre cómo abordarlos?

-Estamos viendo cada vez más que los organismos multirresistentes son un problema. Empiezan a ser un problema en la comunidad y ya son un problema dentro del hospital. El abordaje pasa por su diagnóstico rápido para tratarlos más adecuadamente y por la investigación sobre nuevos antibióticos. Y, sobre todo, por la prevención, que se basa en el uso racional de los antibióticos para evitar resistencias.

– ¿Cuál está siendo la aportación del CIBERES al mejor conocimiento de los patógenos causantes de neumonía?

-Como decía, hay una gran masa crítica que ha estudiado el neumococo durante todos estos años. Y ahora, en este nuevo período 2016-2018, vamos a estudiar los microorganismos multirresistentes en la infección de la comunidad y en los pacientes que tiene una neoplasia sólida, que no son estrictamente “superinmunodeprimidos”. Y, además, se está trabajando en las técnicas de diagnóstico rápido.

– Precisamente, otro de sus campos de investigación se centra en el estudio de la neumonía en pacientes inmunodeprimidos, ¿podría detallarme más sobre el trabajo de los investigadores del CIBERES en este ámbito?

-En este campo, lo que estamos programando, bajo la coordinación de la Dra. María Luisa Pedro-Botet, es un estudio para saber qué patógenos son los que causan neumonía en pacientes con cáncer sólido. Es muy frecuente que estos pacientes tengan neumonía, y se sabe poco al respecto. Esto nos va a dar una perspectiva de tratamiento adecuada.

– ¿Qué aportaciones está haciendo el CIBERES a la mejora de las técnicas de diagnóstico de la neumonía?

-Hay varios estudios en marcha para validar técnicas que permitan detectar en pocas horas en muestras respiratorias los patógenos causantes de la infección. En primer lugar, hay que validar estas técnicas y, en segundo lugar, hacer estudios de coste-efectividad de las mismas, que estoy seguro que con el tiempo irá mejorando.

– ¿Cuáles son las líneas maestras de las estrategias de prevención de la neumonía?

-En la comunidad, la estrategia maestra es la vacunación, antigripal y probablemente también neumocócica, aparte de otras medidas relacionadas con hábitos de salud generales que son importantes. Cuando hablamos de prevención en el hospital, es mucho más complicado, porque suele ser un panel de medidas –especialmente en las unidades de cuidados intensivos– que, aplicadas todas conjuntamente, han conseguido ya que se disminuya la incidencia de neumonía.

– ¿Es la vacunación antineumocócica un elemento clave en la reducción de esta enfermedad?

-Los estudios clínicos han demostrado que la administración de la vacuna conjugada 13-valente disminuye la neumonía neumocócica y de cualquier tipo en pacientes de más de 65 años. Esta vacuna, en el global de las neumonías, las reduce un 5%. En mi opinión, es coste-efectiva. Por su parte, la vacunación antigripal está bien demostrado que es coste-efectiva.

– ¿Cómo valora las recomendaciones de vacunación actuales?

-Las vacunaciones de la gripe están bien claras y, como las capañas son generales, no hay problema porque hay recursos. Por tanto, hay que valorarlas como adecuadas, aunque todavía hace falta más cumplimiento.

En cuanto a la vacunación neumocócica, aunque la indicación en Europa es muy amplia, no se ha conseguido que esté sufragada para todo el mundo. En España se ha limitado a pacientes de riesgo específico para infección neumocócica. Creo que habría que hacer un esfuerzo e ir ampliando las indicaciones para que esta vacuna se sufragara.

– ¿Están surgiendo nuevos enfoques terapéuticos para hacer frente esta enfermedad?

-Hay algunos nuevos antibióticos bastante interesantes, como por ejemplo cefcarolina o la solitromicina, que han demostrado ser efectivos en los ensayos clínicos que se han publicado y que, por tanto, deberán finalmente ser incluidos en la lista de tratamientos para la neumonía de la comunidad. En la neumonía intrahospitalaria se está investigando también en varios tratamientos antibióticos. Yo creo que, aunque estamos preocupados por la falta de antibióticos y por las resistencias, se han hecho algunos avances.

– ¿Cuál está siendo la contribución de los investigadores del CIBERES en lo relativo a la mejora de la efectividad de las terapias?

-Están participando como investigadores principales en diversos ensayos clínicos internacionales que van a ser publicados en los próximos años.

– El 18 de noviembre se celebra el Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos, ¿cómo podemos parar el aumento de la resistencia a los antibióticos de los patógenos causantes de neumonía?

-La clave está en el uso de los antibióticos. La mejor forma es racionalizar el uso de los mismos, utilizándolos sólo cuando sea necesario y con la duración del tratamiento adecuada. Además, cuando se pauten terapias de amplio espectro, se debe intentar reducir, es decir, en lugar de prescribir dos antibióticos, optar sólo por uno, etc.

Fuente: ciberes

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