Es una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias producida por cierto número de virus, afectando a un gran número de personas en muy poco espacio de tiempo y provocando una serie de síntomas más molestos que los que se presentan en el resfriado común.
El virus causante de la gripe (Influenza) tiene una elevada capacidad de sufrir variaciones en sus antígenos de superficie (proteínas que tienen especial relevancia en la capacidad de infección del virus y frente a las que los seres humanos producimos anticuerpos que nos protegen). Estas variaciones implican la aparición de nuevos virus gripales, frente a los que el ser humano no tiene protección.
Hay que tener en cuenta que más de 200 virus distintos son capaces de producir infecciones semejantes a la gripe. Cuando el niño está bajo de defensas, puede tener todos los inviernos procesos que se asemejan a la gripe en su sintomatología.
Factores de riesgo de la gripe en los niños
Es una enfermedad altamente contagiosa que causa epidemias cada año y ocasionalmente pandemias cíclicas, por tanto hay que estar atentos a los factores de riesgo: enfermedades cardíacas y respiratorias, enfermedades del sistema inmunitario, enfermedades crónicas, diabetes, etc.
Síntomas de la gripe
Los síntomas son: dolores en el cuerpo y los músculos, escalofríos, tos, fiebre, dolor de cabeza y/o dolor de garganta.
Diagnóstico de la gripe
Sospecharemos que estamos ante un caso de gripe, en primer lugar, por la presencia en ese momento de un brote o epidemia entre la población. Fuera de estas fechas, establecer el diagnóstico de gripe es mucho más difícil, si bien cabe la posibilidad de adquirir la infección en viajes a otras poblaciones. De todas formas, el diagnóstico se basará en la clínica y también realizando un diagnóstico diferencial con el resfriado.
El resfriado común es un cuadro en el que predominan una serie de manifestaciones que afectan especialmente a la parte superior del sistema respiratorio (garganta, laringe, faringe, conjuntiva), con o sin fiebre y que dura sólo de 2 a 4 días. El aspecto más diferencial es que estos cuadros englobados como resfriados están producidos por diferentes tipos de virus.
La gripe, en cambio, es producida por un solo tipo de virus, el virus gripal, y aunque puede presentarse con manifestaciones parecidas a las del resfriado, la intensidad de la fiebre, la tos y, sobre todo, la gran afectación del estado general, nos dicen que se trata de una infección más grave que el resfriado común. El cuadro gripal suele durar entre 5 y 10 días.
Tratamiento de la gripe
Existen fármacos antivíricos de eficacia limitada frente al virus de la gripe que, aunque pudieran acortar el proceso, presentan en muchos casos reacciones adversas y no son útiles ni eficaces en todos los niños. Por tanto, nos limitaremos al tratamiento sintomático, sobre todo de la fiebre y dolores generalizados. El mejor tratamiento sigue siendo la prevención.
Prevención de la gripe
La mejor manera de hacer frente a la gripe consiste en la vacunación anual. El motivo por el que se hace anual es debido a la mutación del virus. Con ella se mejoran las defensas inmunitarias del organismo y se reduce la tasa de complicaciones y mortalidad de las epidemias de la gripe.
La vacuna está indicada en:
-Niños de 6 a 24 meses.
-Niños con problemas respiratorios repetidos, enfermedades del sistema inmunitario, oncológicas o diabetes. Está contraindicada en alérgicos al huevo, a las proteínas de pollo o a alguno de los otros componentes de la vacuna. No debe administrarse a niños menores de 6 meses. En todos estos casos la consulta con el médico es más que recomendable.
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