Compartir nuestra vida con alguien a quien queremos y que nos quiere es una fuente de felicidad. Te contamos diez normas de convivencia infalibles para mantener la química de la vida en pareja.
¿Por qué se nos olvidan, con la rutina, los pequeños regalos cotidianos que nos aporta una pareja estable?
Cuando los niños llegan a la unidad familiar nos centramos en la responsabilidad que como padres hemos adquirido para con ellos: su educación, su salud, su felicidad y bienestar. Es completamente normal pero no debemos olvidar la responsabilidad que tenemos también con nuestra pareja: cuidarnos para que juntos podamos seguir trabajando nuestra familia y que así la titánica tarea de ser padres sea más cómoda y, sobre todo, más plena y bonita. Habéis decidido ser padres con todas sus consecuencias pero eso no significa que hayáis dejado de ser una pareja, la unión sentimental de dos personas que han decidido compartir su vida y su amor el uno con el otro.
Además, no debemos olvidar que el hecho de tener una pareja feliz, que vive y convive con felicidad, repercute directamente en la educación y el bienestar de los hijos. Cuanto más amor, alegría y cariño rodeen a los pequeños más seguros se desarrollarán, con mayor autoestima y tranquilidad, y estos no solo son los dedicados a ellos sino los que tu pareja y vos se dedican el uno al otro. Los niños aprenden por imitación, ya lo sabes, así que si papá y mamá se tratan con amor, respeto, humor y cariño ellos aprenderán que esa es la forma sana de relacionarse con la pareja y hará poso para que, cuando sean adultos, se relacionen de la misma manera con la persona con la que decidan compartir su vida.
Que no se nos olvide lo bueno
Como explica José Zurita, psicoterapeuta y director del Instituto Galene, de Madrid, «porque a todo se acostumbra uno. Desde chiquititos aprendemos que lo que vivimos es lo normal y solo nos impacta aquello que es distinto. Debido a eso, las primeras veces que nuestra pareja nos regala algo novedoso nos llena de satisfacción, pero con la costumbre ese gesto cae en el olvido, es decir se hace “normal”. Algo tan importante como la lealtad, cuando se da, pasa a un segundo plano y dejamos de valorarla porque la tenemos, pero… ¡Ay de vos si se pierde…! Entonces sí que nos damos cuenta».
Esa actitud de dar por supuestas las alegrías que aporta el otro a nuestra vida cotidiana y nuestra evolución personal es una de las causas de la pérdida de interés por el otro. Puede hacer incluso que se acaben apagando el amor, la atracción y el deseo.
«Lo más difícil es darse cuenta de que nos hemos metido en esa dinámica», asegura José Zurita. «Cuando somos conscientes, es necesario decir adiós a la situación anterior, e iniciar una nueva etapa en la que resaltemos todas esas pequeñas o grandes cosas que tienen valor en la pareja».
Para no llegar a esa situación (o cambiar de actitud si ya tenemos esa dinámica), José Zurita propone estas normas de convivencia para la pareja:
10 mandamientos para una pareja feliz
- Que exista una buena comunicación clara y directa entre los dos.
- Respetarse y confiar en el otro.
- Proteger al otro sin decidir por él.
- Valorar al otro y sus detalles.
- Divertirse juntos y disfrutar el uno del otro.
- Que el clima de la pareja sea de amor y de humor.
- Que los dos sean activos en la pareja.
- Cuando haya problemas, identificarlos y resolverlos juntos antes de irse a dormir.
- ‘Hacer el amor’ varias veces al día, con gestos, detalles, ayudas, regalos, etc.
- Disfrutar y compartir buenas relaciones sexuales.
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