Cuando la separación de los padres es un hecho, es fundamental tener en cuenta el impacto que puede llegar a ocasionar a los hijos. Son los propios padres los que tienen la responsabilidad de hacer todo lo posible por llevar de forma adecuada y responsable su separación cuidando no lastimar a sus hijos.

Tomar la decisión de finalizar un proyecto de vida en conjunto no es una tarea sencilla, independientemente del tiempo que hayan permanecido juntos, las causas de término o si existen hijos de por medio. Sin embargo, es innegable que esto último complejiza la decisión a la hora de lidiar con el proceso. Y es especialmente complejo todo el sistema familia entra en crisis, por lo que muchas veces los adultos, quienes son los encargados de entregar seguridad, y calma ante las adversidades, están precisamente fuera de foco. Esto no significa que sea una tarea imposible y que las repercusiones vayan a ser trágicas para todos.

Una separación es un proceso que necesita tiempo, definición y compromiso de los adultos. Si los padres logran superar las dificultades y conducir el proceso de separación de manera saludable pueden evitarles mucho daño a sus hijos. Muchas veces dedican grandes esfuerzos para que sus hijos  no se den cuenta de lo que sucede entre ellos, ya sea antes de la separación como posterior a la misma. Si bien es entendible que esto sea producto del querer protegerlos, lo cierto es que una situación de tal magnitud no pasará desapercibida, y ante la evidencia de crisis, sin información alguna, los niños tenderán a “llenar” la incertidumbre con sus propias conjeturas, las cuales pueden acrecentar la noticia. Es por ello que es fundamental comunicar de manera adecuada a los hijos el problema, utilizando argumentos y lenguaje acordes a su edad. Los chicos necesitan comprender la situación y para ello, la explicación del conflicto es de suma importancia. Tanto los discursos contradictorios de ambos, así como mentir sobre el futuro prometiendo que nada cambiará, deben evitarse, ya que inevitablemente el estilo de vida cambiará y el no cumplimiento de lo prometido generará desconfianza.

Junto con el rol fundamental que tiene la comunicación con los hijos ante una separación, enumeramos algunas consideraciones a tener en cuenta:

• No involucrarlos en el medio del conflicto.
• Evitar que se sientan responsables por lo sucedido, pensamiento muy común, aún cuando no lo expresen abiertamente.
• Transmitirles confianza en la expresión de sus sentimientos de afecto hacia la otra figura parental.
• No caer en la sobreprotección del hijo por lástima.
• Liberarlos de la carga de sentir que deben proteger por el estado emocional de alguno de los padres, especialmente cuando se aquellos se encuentran solos, con estados depresivos.

Finalmente, es importante destacar que como toda crisis, existen altos y bajos, avances y retrocesos, pero a la larga, como todo proceso tiende a estabilizarse, y en la medida que pueda ser abordada con amor, comprensión, respeto, adultez, apertura y sobre todo mucha comunicación, los hijos podrán canalizar sus sentimientos de manera adecuada, sin que esta experiencia signifique un daño irremediable.

Fuente:

Lic. Victoria Miguens

M.N. 61831

Eje Norte Equipo Psicoterapéutico