En cifras: cuáles son los riesgos de un ACV
En esta etapa se aumenta la tendencia a que la sangre esté más viscosa, argumentó Waisburg, y esto representa una protección para evitar sangrados o evitar hemorragias masivas durante el parto. “El riesgo más importante del ACV durante el embarazo ocurre durante el parto o inmediatamente después precisamente por todos los cambios vasculares. Si la sangre está muy espesa se pueden generar obstrucciones o tapados que generan ACV, que pueden ser isquémicos, cuando se tapa un arteria, o pueden ser hemorrágicos, cuando hay sangrado”.
El experto, director médico del Instituto Neuropediátrico SOMA, comentó que en un estudio reciente de Estados Unidos se señaló que “uno de cada cinco ACV en las mujeres menores de 35 años se relacionaba con el embarazo”, mientras que “en el grupo a partir de 35 de años de edad era uno cada 100”. En perspectiva, “tiene cuatro veces más incidencia que el cáncer cervical”, ejemplificó.
Sin indicadores que anticipen un ACV en embarazadas
Claudio Waisburg lamentó que hasta hoy, “no hay indicadores tempranos que puedan decir que una mujer embarazada va a sufrir un ACV”. “Es una incidencia baja pero es una más en mujeres jóvenes. Pero no está relacionado al 100% con los factores de riesgo que pueden tener los ataques cerebrovasculares como las alteraciones cardíacas que tienen que ver con la hipertensión, el sedentarismo, el colesterol, el ejercicio, el fumar. Los factores de riesgo generales para ACV tienen una variable diferenciada en lo que tiene que ver con el embarazo”.
Por último, “es importante recordar que ciertos factores de riesgo como la hipertensión en el embarazo que se llama preeclampsia, podrían tener una relación con un aumento de la probabilidad de un ACV”, concluyó.
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