Es muy común que en la etapa entre los  2 y 3 años de edad, la imaginación de los niños no se distinga de la realidad misma. En estos periodos, los niños comienzan a interaccionar  de lleno con el mundo que les rodea y este cambio puede hacer que la imaginación tienda a crear seres, amigos, o héroes imaginarios que se incorporan e invaden el día a día de los niños. 

¿Qué son los amigos imaginarios?

Un/a amigo/a imaginario/a es un/a par irreal, generalmente idealizado/a y querido/a, creado/a por la imaginación de los niños que puede poseer características sumamente diversas. Orejas gigantes, colores imposibles, atributos sobrenaturales…cualquier propiedad es válida en la imaginación a la hora de crearlo. Lo que en un adulto podría ser  un signo de alerta que hace pensar automáticamente en enfermedad mental o en determinada patología, en los niños es algo muy común. De hecho, los estudios indican que, entre un tercio y la mitad de la población infantil lo experimentan.

¿Por qué los niños tienen amigos imaginarios?

El mundo de superhéroes, de monstruos, de fantasmas, de princesas y de otros amigos/as, ayuda a nuestros hijos a crecer y a desarrollar sus emociones, creatividad y relación con el mundo. Es una manera sútil de empezar a expresar los miedos, las alegrías, las inquietudes y los deseos. Los/as niños/as son conscientes de que existe un mundo real, pero es una edad en la que todavía es difícil de aceptarlo tal como es. Es por ello que crean  un mundo mágico donde todo es posible, permitido y solucionado. El amigo/a imaginario/a puede ser entre otras cosas, un oso de peluche, un soldado, una muñeca, un trapo, cosas, animales, etc. Son amigos/as que pasan a tener vida, a conversar, jugar y a pelear con los niños. Esta interacción posee un vinculo muy potente con el desarrollo de las habilidades sociales. Cuando el niño/a conversa con un personaje inexistente en la vida real, normalmente parece que habla solo/a. En este caso está entrenando su diálogo interno dirigido a sí mismo. Un diálogo que en gran parte ayuda a afrontar problemas, miedos y a su vez a generar confianza con uno mismo. De esta manera interactúan creando y experimentando con roles sociales de los que aprenden y les ayudan a relacionarse en la vida real. En algunos casos, el amigo/a imaginario viene a acompañar y ayudar a afrontar periodos de estrés o intensidad emocional. Vendría a ser una especie de estrategia de afrontamiento de situaciones difíciles. Con esto, el pequeño/a puede compartir sus emociones y hacer frente a la presión repartiendo la carga con su amigo/a. 

¿Puede existir alguna complicación/alarma en estos casos?

Tener un/a amigo/a imaginario/a durante la infancia es algo sumamente usual y de lo que los adultos no debemos alarmarnos demasiado. Hablar con nuestros hijos sobre su amigo sin juzgar puede hacernos compartir un vínculo de confianza, validación y cercanía. Los padres solo tendrán razones para preocuparse si su hijo se aferra al amigo imaginario a un punto tal que lo impida cumplir con su rutina diaria  y compromisos cotidianos, o que observen que su hijo/a ya no tiene interés de tener amigos reales para jugar y vincularse. Una alerta sería el observar si se ha vuelto retraído/a o ha adquirido comportamiento agresivo a causa de un amigo imaginario violento. En estos casos sería recomendable buscar ayuda y apoyo de un especialista en la temática.

¿Qué debemos hacer los padres frente al surgimiento de  un amigo/a imaginario?

La experimentación de este tipo de ilusión suele ir desapareciendo de manera muy natural cuando el niño llega a la etapa escolar. Es esencial que por una lado esté la libertad para que desarrollen sus propias ideas,  y que por el otro se fomente la interacción con personas reales, amigos, familia y por supuesto, sus familiares más cercanos. Así, poco a poco, irán encontrando la vida real como algo emocionante y llamativo. Tratar de confrontar la idea del amigo/a imaginario u obligar a tu hijo/a a abandonarla no es lo indicado, ya que se logra precisamente lo contrario, además de generar una distancia importante entre padres e hijo/a. 

Si tu hijo/a tiene un amigo/a imaginario, es aconsejable:

• Observar cautelosamente, para sacar de sus conversaciones con el amigo alguna necesidad o deseo, y saber si su amigo es bueno o malo. 
• Jamás retarlos por esta imaginación. 
• Controlar el tiempo que tu hijo está con su amigo diariamente.
• Aumentar los cuidados y reaseguros fisicos con las ventanas y con objetos que ofrezcan algún riesgo. Hay veces en las que desean volar como superman, o creen que pueden volar con un paraguas como imitación a personajes de peliculas.

Lic. Victoria Miguens

M.N. 61831

Eje Norte Equipo Psicoterapéutico