La fertilidad también es cosa de hombres
Para que una mujer quede embarazada, el hombre debe ser fértil. Es decir que en este tema, no toda la responsabilidad recae sobre la mujer. Y entre ambos hay que encontrar el camino adecuado que conduzca a la solución.
Para que una mujer quede embarazada, el hombre debe ser fértil. Es decir que en este tema, no toda la responsabilidad recae sobre la mujer. Y entre ambos hay que encontrar el camino adecuado que conduzca a la solución.
La fertilidad o la infertilidad en la pareja, no es un asunto exclusivo de la mujer. El hombre también se relaciona con este asunto. Y la clave es todo ello está en la calidad del esperma que aporta el hombre. El esperma de calidad es determinante para conseguir el embarazo.
Para ser padre, el varón debe tener un recuento de 20 millones de espermatozoides por mililitro de semen, y dentro de esa cantidad, al menos el 50 % de los espermatozoides deben tener un movimiento correcto, y un 30 %, formas normales. Así lo especifican los últimos parámetros aprobados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por otra parte, la acumulación de estrés, cansancio y tensión, podrían alterar la producción de espermatozoides. Por ello, entre otras razones, es aconsejable comer sano e incluir en la dieta diaria una gran cantidad de nutrientes con alta actividad antioxidante, como los frutos rojos y las vitaminas C y E; y por supuesto, abandonar la ingesta elevada de alcohol y el consumo de tabaco y drogas, como también dejar a un lado los malos hábitos alimentarios, porque afectan de manera significativa a la fertilidad, reduciendo no sólo la cantidad de espermatozoides, sino también su calidad. Por lo tanto, el hombre que desee aportar su cuota para lograr un embarazo en su mujer, está obligado a cuidar su salud, y no debe olvidar que la principal función del sexo no es la reproducción, sino el placer.
Si al cabo de un año, el embarazo no se consigue, no hay que desesperar, hay varias alternativas disponibles como para lograr el cometido. En primer término, recurrir a una consulta preconcepcional para analizar los motivos y buscar posibles soluciones. Y allí, los profesionales pertinentes, guiarán a cada pareja en los pasos a seguir.
Más allá del factor que incida en la negación del embarazo o de cuál de los dos componentes de la pareja es el que acarrea la dificultad que impide alcanzar el objetivo, ambos deben comprometer altas dosis de compresión y un apoyo incondicional hacia el otro, con la finalidad de superar el momento, recurrir a la ayuda médica, quizás, iniciar algún tratamiento especial, y finalmente, alcanzar el sueño de todo hombre y mujer que contraen matrimonio: tener un hijo. Al menos un hijo.
De la redacción de tvcrecer
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