¿Qué son las paperas?
Causas, síntomas, tratamientos y prevención de esta enfermedad infecciosa habitual entre los niños y los adolescentes.
Causas, síntomas, tratamientos y prevención de esta enfermedad infecciosa habitual entre los niños y los adolescentes.
Las paperas constituyen una enfermedad contagiosa que provoca una inflamación dolorosa de las glándulas salivales, productoras de la saliva, un líquido que humedece los alimentos y ayuda a que las personas puedan masticar y tragar. Esta inflamación puede extenderse hacia otras glándulas del cuerpo.
Los afectados con mayor frecuencia son los niños entre los 2 y los 12 años de edad, que no hayan sido vacunados contra esta infección. Sin embargo, tanto la mujer como el hombre, pueden contraer paperas en cualquier momento y a cualquier edad. Y sus efectos son más graves cuando se la contrae una vez pasada la adolescencia y la pubertad. El tiempo que transcurre entre la exposición al virus y el momento de resultar uno enfermo (período de incubación) es de 12 a 24 días, aproximadamente, etapa en la cual el enfermo no presenta síntomas. Además, pueden afectar el sistema nervioso central, el páncreas y los testículos.
¿Qué es lo que las causan? Las paperas son causadas por un virus (de la familia Paramyxoviridae) que se transmite de una persona a otra por medio de las gotitas de la saliva que se expulsan al hablar o a través de acciones como un estornudo. También se propaga mediante el contacto directo con artículos que contienen saliva infectada. Este virus sólo se encuentra en el ser humano.
Una vez superada la infección, la inmunidad se mantiene a lo largo de toda la vida.
Síntomas
En el 30 % de los pacientes, no presenta síntomas. Y en el resto de los afectados, las primeras señales suelen ser: fiebre (no muy alta), malestar general, falta de hambre y dolor de cabeza y garganta. En el lapso de un día el paciente presenta dolor de oído y otras molestias al tocarse la parótida (glándula salival muy voluminosa, bilateral, situada a ambos lados de la cara) del mismo lado. La glándula se hincha gradualmente, alcanzando la máxima inflamación a los tres días, y viene acompañada de un fuerte dolor.
Resulta usual que la víctima exhiba dificultad para hablar y para masticar, y dolor, sobre todo al ingerir cítricos y jugos. También es posible que se produzcan inflamaciones en los testículos (orquitis), ovarios (ooforitis), glándulas mamarias (mastitis) y páncreas (pancreatitis). O afectar el sistema nervioso central, ocasionando meningitis o encefalitis. Otra complicación característica de las paperas es la sordera, que puede aparecer de manera transitoria (hasta en el 4% de los adultos) o de modo permanente unilateral (en uno de cada 20.000 casos).
Tratamiento y prevención
No hay un tratamiento específico para las paperas. En la mayoría de las situaciones sólo se trata de mejorar los síntomas mediante el uso de antitérmicos, antiinflamatorios y frío local. Se pueden aplicar compresas frías en la glándula parótida o en el testículo para aliviar el dolor. En el caso de que haya un dolor testicular muy intenso, es posible anestesiar el cordón espermático con algún anestésico local. Hay que evitar el uso de esteroides cuando hay una inflamación del testículo pues este tratamiento podría facilitar la atrofia testicular y la esterilidad.
Si el cuadro presenta vómitos importantes, secundarios a una meningitis o a una pancreatitis, es necesaria la administración de sueros intravenosos. Y en el caso de que haya una meningitis, recurrir a la extracción de líquido cefalorraquídeo por la espalda a través de una técnica llamada punción lumbar, lo que puede aliviar el dolor de cabeza.
¿Y la prevención? La prevención de las paperas se reduce a la aplicación de la vacuna contra virus vivos atenuados, recomendada en niños mayores de un año y en adolescentes y adultos que no hayan padecido la enfermedad. Esta vacuna puede ser monovalente o combinada con la vacuna de otros virus como el de la rubéola y el sarampión. La primera dosis suele recomendarse entre los 12 y 15 meses de vida y la segunda dosis a partir de los 2 o 3 años. Al tratarse de una vacuna de virus vivos atenuados, está contraindicada en personas inmunodeprimidas y en mujeres embarazadas. También está contraindicada en personas con una alergia muy grave al huevo, pues esta vacuna lleva una cantidad pequeñísima de proteínas del huevo.
De la redacción de tvcrecer
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