Hidratación en el embarazo
Si bien es muy provechoso disfrutar del contacto con la naturaleza y el aire puro, al realizar actividad física hay que tomar ciertos recaudos para evitar la aparición de las afecciones típicas de verano.
Si bien es muy provechoso disfrutar del contacto con la naturaleza y el aire puro, al realizar actividad física hay que tomar ciertos recaudos para evitar la aparición de las afecciones típicas de verano.
Las vacaciones son un momento ideal para – aprovechando el mar, las sierras, los lagos o la pileta- hacer actividad física de manera placentera y disfrutando del aire libre.
Si estás embarazada podés hacer ejercicio sin problemas, pero siempre tomando algunos recaudos.
Recordá no exponerte al sol entre las 11 y las 16 como primera medida y tampoco sobrexigirte con los ejercicios.
¿Estás bien hidratada?
Hoy en día, los obstetras recomiendan realizar actividad física en el embarazo, ya que tiene múltiples beneficios para la futura mamá y el bebé.
Pero en verano, las altas temperaturas y un esfuerzo excesivo, pueden llevar a deshidratarte. Estos consejos te ayudarán a evitarlo y a prevenir un golpe de calor.
Agua, mucha agua
- Hidratate adecuadamente durante toda la época del verano. Deberás beber, de ser posible, al menos tres litros de agua diarios. Podés tomar también jugos naturales, pero evitá las bebidas con cafeína. Diariamente perdemos entre 2 y 3 litros de líquido a través del sudor, la orina, la respiración y la transpiración de la piel.
- Si hacés ejercicio es bueno tomar bebidas con sodio, que ayuda a recuperar las sales minerales.
- Si vas a realizar ejercicio físico, bebé uno o dos vasos de líquido quince a veinte minutos antes de la actividad, e intentá beber líquido mientras ejercitás, cada quince o veinte minutos. Cuando termines, también tomá algo aunque no tengas sed.
- Usá ropa liviana y de algodón para mantenerte aireada y fresca mientras realizás actividad física.
- Si vas a realizar una caminata, también debés tomar mucha agua, antes durante y después de la misma.
- Si te sentís fatigada, reducí de inmediato la intensidad de los ejercicios aeróbicos. Recordá que en este período, la capacidad aeróbica es menor.
- Durante la actividad, hacé continuamente respiraciones completas: inhalá por la nariz, retené el oxígeno y exhalá por la boca suavemente.
- Luego de la actividad, reposá algunos minutos para restablecer la circulación y favorecer el flujo sanguíneo hacia la placenta. La mejor posición es recostada sobre tu lado izquierdo.
Signos de alarma
¿Cómo saber si estás deshidratada o podés sufrir un golpe de calor? Los síntomas característicos son la sed, la fatiga (cansancio), la disminución del apetito, la piel colorada, los mareos, la disminución de orina, la tendencia al sueño (o deseos de permanecer en la cama), la sensación de pérdida de fuerza e incluso el desvanecimiento.
Ante estos síntomas, retirate a un lugar ventilado y fresco, sin muchas personas que se agolpen a tu alrededor, bebé abundante líquido y consultá de inmediato al médico.
Una de las actividades más recomendadas en el verano es la natación & aqua gym:
Es una actividad sumamente placentera y muy recomendable. La opción de trabajar en el agua te conectará con un bienestar particular, debido a que moverte dentro de este ámbito te ayudará a sentirte más liviana y a la vez más segura y sostenida. De esta manera, lograrás movimientos más libres, y tus desplazamientos serán menos exigidos.
La temperatura del agua colabora con la flexibilidad, porque los músculos en un elemento líquido y a temperatura agradable se pueden relajar mejor y están más aptos para estirarse sin correr el riesgo de sufrir lesiones. Asimismo, el agua templada puede favorecer notablemente la relajación de la mamá por su efecto sedante.
tvcrecer agradece a Lic. Mariela Villar, Directora de Embarazo Activo
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