El impacto de la llegada del bebé en la pareja
La llegada del bebé suele ser recibida por las parejas con mucha alegría, pero también implica miedos, situaciones imprevistas y responsabilidades para las que no existe ninguna escuela más que la experiencia. En definitiva, el bebé no solo es un nuevo miembro de la familia, es un nuevo estilo de vida, muy diferente al que solíamos llevar cuando éramos únicamente dos adultos.
La llegada del bebé suele ser recibida por las parejas con mucha alegría, pero también implica miedos, situaciones imprevistas y responsabilidades para las que no existe ninguna escuela más que la experiencia. En definitiva, el bebé no solo es un nuevo miembro de la familia, es un nuevo estilo de vida, muy diferente al que solíamos llevar cuando éramos únicamente dos adultos.
Los cambios muchas veces nos producen tensiones, y este estado de ánimo tiene efectos en la vida de la pareja. El cansancio y la ansiedad suelen desembocar en discusiones y peleas. En normal, a todos nos pasa o nos ha pasado, pero en algunos casos las parejas no saben cómo resolver sus conflictos.
Un tiempo para la intimidad
La primera recomendación es que la pareja dedique algún tiempo de la semana para sentarse a charlar y vivir un momento de intimidad y relajación. Estas charlas son muy útiles para compartir el modo en que cada uno está experimentando el nuevo rol de padres, y, sobre todo, para recuperar esos espacios de soledad con la pareja que tanto disfrutábamos y que nos llevaron a querer compartir esa felicidad con un nuevo ser humano.
Es bueno que estos encuentros sean parte de nuestra rutina. Si bien podemos ser flexibles y reservar el encuentro para el momento que nos sea más cómodo, es conveniente que no dejemos pasar la semana sin tener nuestro rato de intimidad.
La importancia de resguardar al bebé de la tensión
Un aspecto fundamental a tener en cuenta es que siempre debemos evitar exponer al bebé a nuestras discusiones de pareja. Algunos padres creen que el bebé es tan chico que no puede darse cuenta de lo que ocurre. La realidad es que el bebé comprende que hay tensión y capta el nerviosismo del ambiente. Las peleas suelen generarle ansiedad y lo afectan negativamente.
Por lo tanto, cuando tengamos una discusión procuremos que nunca sea en frente al bebé o en algún lugar donde nuestro hijo pueda sentir nuestra disputa.
A veces necesitamos algún tipo de terapia para disminuir las tensiones. Esto no necesariamente significa ver a un psicólogo, sino que puede suponer la realización de una tarea que la pareja comparta y que los ayude a relacionarse mejor. Por ejemplo, si cuando eran novios solían ir a un taller de teatro, un curso de cocina, o alguna actividad similar que les produjera placer, sería positivo que la retomen.
tvcrecer agradece a la puericultora Silvia Solá
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