Es lógico que estés nerviosa si te han programado una cesárea. Para no agobiarte en exceso conviene conocer cómo va a transcurrir esta intervención.

Llega el día que esperabas desde hace 9 meses. Y el último paso es… una cesárea. Si te han programado esta intervención, te habrán explicado que es una operación segura y que se realiza con epidural, así que vivirás plenamente la llegada de tu hijo.

POR QUÉ SE HACE UNA CESÁREA

“La cesárea es la intervención más realizada en ginecología. En la sanidad pública, aproximadamente uno de cada cuatro embarazos acaba en cesárea”, explica Alfredo Perales, jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Universitario La Fe de Valencia. Tu obstetra elegirá la opción de la cesárea cuando compruebe que no es posible un parto vaginal, o si cree que éste puede comprometer tu salud o la de tu hijo. Si es así, puede programar la cesárea incluso unos días antes de la fecha probable de parto para evitar riesgos.

Una cesárea programada te permitirá organizarte. Aprovecha los días anteriores para asegurarte de que tienes preparada la documentación y lo que necesites para pasar cuatro o cinco días en el hospital.

TODO A PUNTO PARA LA CESÁREA

Pese a los lógicos nervios ante una cesárea, intenta descansar lo que puedas… ¡Te espera un día duro! “El día antes de la cesárea siempre digo a mis pacientes que estén tranquilas, porque es una intervención corta y segura”, dice Silvia Corchs, matrona del Centro Lenoarmi de Barcelona.

En la fecha señalada para que te hagan la cesárea tendrás que ir al hospital en ayunas. Ah, y ese día no te pongas crema antiestrías.

Intervención y postoperatorio de una cesárea

En primer lugar, te pondrán un gotero y te rasurarán la parte alta del vello púbico. Después te administrarán la analgesia. En el 90% de los casos se utiliza la epidural, sólo se opta por anestesia general en casos muy específicos, como serios problemas de columna o algunas urgencias. Para administrarla, el anestesista te pedirá que te pongas acostada en posición fetal o sentada doblando la columna y muy quieta. Entonces te pinchará con una aguja e introducirá un catéter con la dosis, que se deja por si hay que administrar más dosis. Cuando notes sus efectos te pondrán una sonda en la vejiga para ir evacuando la orina.

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CORTE TRANSVERSAL

Una vez preparada, se empieza con la cirugía, que dura una hora. No suele permitirse la entrada al quirófano del padre. El primer paso es un corte transversal a la altura del pubis (en la línea del biquini). “Este corte tiene la ventaja de que la cicatriz casi no se ve, porque cuando crece nuevamente el vello, queda oculta”, explica el doctor Perales.

Hay otro tipo de incisión, vertical, pero cada vez se realiza menos. Después el obstetra te separará la grasa y los músculos abdominales y abrirá el peritoneo con las manos para llegar al útero. Entonces realizará un corte transversal en el útero. Cuando abra la incisión sacará al bebé. El obstetra cortará el cordón umbilical y extraerá la placenta. Después coserá el útero (con un hilo que se reabsorbe solo) y los músculos. Ya por fuera, coserá la herida con grapas o hilo y la cubrirá con un apósito. Bajo los efectos de la anestesia no sentirás dolor.

Los complicaciones más comunes de la operación son las hemorragias y las infecciones, que se dan en un 5% de los casos. También existe el riesgo de sufrir una trombosis y que se produzcan adherencias, en menor medida. Respecto a los riesgos para el bebé, el mayor es que aumenta la posibilidad de complicaciones respiratorias. Pero no te agobies, estaréis bien vigilados.

EL POSTOPERATORIO

Una de las desventajas de la cesárea respecto al parto vaginal es que la recuperación es más lenta. Si en este último te puedes ir a casa en un par de días, con la cesárea el tiempo suele aumentar. Y también suele ser más dolorosa. Estamos hablando de una cirugía, así que no te sientas mal si necesitas tranquilidad o que las visitas sean menos frecuentes.

El efecto de la anestesia evitará que sientas dolor, pero esto irá remitiendo a partir de la hora. Entonces te administrarán calmantes por el gotero. Podrás probar líquidos al cabo de unas cuatro horas. Si te sientan bien, seguirás con una dieta progresiva, primero blanda y luego sólida, según la tolerancia. Cuando la tolerancia quede probada te retirarán el gotero y la sonda y a las 24 horas el médico te pedirá que intentes levantarte y ducharte.

Es importante que te muevas, porque así evitas complicaciones circulatorias, como la trombosis, y ayudas a que los intestinos cojan su ritmo (disminuyendo los problemas de gases). Por eso, incluso aunque no andes, intenta no estar en la misma postura mucho tiempo.

Levantarte te costará un gran esfuerzo. La primera vez debería ayudarte una enfermera, ella te indicará cómo hacerlo. Es posible que te marees, así que también por eso es mejor que no estés sola. Si te duele la herida, pide analgésicos. Los hay compatibles con la lactancia.

Las enfermeras vigilarán la herida y la irán limpiando. Pasados siete o diez días te quitarán los puntos (si no son reabsorbibles) o las grapas.

Recuperación de la cesárea

Es importante que durante la primera semana hagas vida muy tranquila, para que la herida de la cesárea cicatrice mejor y todo vuelva a su sitio más rápidamente. Olvídate de hacer esfuerzos. Si tienes que agacharte, hazlo con la espalda recta y flexionando las rodillas.

Aunque te mueras de ganas de coger al bebé, intenta hacerlo sólo cuando estés acostada o sentada, ayudada por un cojín de lactancia. De pie te puede resultar pesado. “Los primeros 15 días son los más duros, porque a las madres les cuesta dejarse cuidar. Pero si estos días se hacen bien, la recuperación será mucho más fácil y rápida”, dice la matrona.

CUIDA ASÍ LA HERIDA DE LA CESÁREA

Los primeros días deberás limpiar la herida con un antiséptico que te recomendará el especialista. Después será suficiente con la ducha diaria. Eso sí, cuando acabes de asearte, trata de dejar la herida un buen rato al aire libre para que se seque correctamente. La humedad excesiva no le va nada bien.

La herida cicatrizará en dos o tres semanas, hasta entonces la notarás mucho (el ginecólogo te pautará unos analgésicos para aliviar el dolor). Después puede que te moleste un par de semanas más, es normal. Si sientes mucho dolor o ves la herida inflamada o enrojecida, ve al ginecólogo, quizá haya una infección.

TU ALIMENTACIÓN TRAS LA CESÁREA

Recuerda que la alimentación juega un papel esencial en tu recuperación. Ahora debes comer más que durante el embarazo: has sufrido un fuerte desgaste físico, y has perdido sangre, y tienes que recuperarte. Tu dieta deberá ser rica en proteínas (carne, pescado, huevo), que ayudan a cicatrizar, y en líquidos y fibra (cereales integrales), porque al estar más recostada de lo habitual el tránsito intestinal puede resentirse.

Es fundamental tomar suplementos de hierro, te los recetará tu ginecólogo. Toma un comprimido por la mañana acompañado por un zumo de naranja o un kiwi (la vitamina C ayuda a asimilar mejor el hierro). Verás cómo enseguida vuelves a ser “tú misma” y empiezas a disfrutar a tope de tu nuevo papel como mamá.

Razones para programar una cesárea

El especialista puede decidir programar una cesárea por motivos relacionados con la madre o con el bebé.

INDICACIONES MATERNAS

• Eclampsia y preeclampsia. Es una afección caracterizada por una fuerte subida de la presión arterial. Afecta a entre el 2% y el 8% de las gestantes. La eclampsia es su estado más grave. Si hablamos de preeclampsia leve, el doctor puede recomendar reposo e intentar una inducción del parto. Pero si sospecha que puede haber falta de bienestar fetal, hará la cesárea.

• Placenta previa. Si al final está tan baja que obstruye la salida del útero, el cuello, hay que programar una cesárea.

• Enfermedades que imposibiliten el parto natural. Es el caso de alguna cardiopatía grave, infecciones genitales o infección por VIH.

• Útero con cicatrices previas. En este caso también se opta por hacer una cesárea para que nazca el niño.

• Diabetes gestacional. Si va asociada a complicaciones se precisa la cesárea.

• Pelvis demasiado estrecha. Cuando hace imposible o difícil el paso del bebé se programa una cesárea para evitar complicaciones.

• Tener dos o más cesáreas anteriores. Con dos, casi todos los obstetras la proponen, porque consideran que hay riesgo alto de rotura uterina.

• Existencia de tumores en el canal del parto. También hacen necesaria la cesárea.

INDICACIONES FETALES

• Partos múltiples. Si el primero de los gemelos no está bien colocado, hay que hacer cesárea. En trillizos, siempre.

• Mala presentación del bebé. Si está en situación transversa, la cesárea es segura. Si viene de nalgas, depende de la habilidad del obstetra, pero casi siempre se recurre a la cesárea.

• Macrosomía fetal. Cuando el bebé pesa más de 4,5 Kg.

 

De la redacción de tvcrecer Fuente: CrecerFeliz.com

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