¿Planeaste unas vacaciones en un destino que requiere muchas horas de viaje? Te damos algunas sugerencias para que los chicos puedan disfrutar la experiencia y vos no enloquezcas en el intento.

Si tenés hijos chiquitos, seguro te lo preguntaste más de una vez: ¿hacemos este viaje largo, aguantarán tantas horas, podré manejar berrinches y aburrimiento? Y si optaste por seguir con el plan y emprender el viaje, es bueno que tengas en cuenta algunas recomendaciones para que el trayecto sea lo más llevadero posible. La Dra. Edith Vega, Psicóloga de Fundación Hospitalaria nos comparte algunos tips.

Al emprender un viaje largo con chicos es importante tener en cuenta la duración del mismo, las edades de los niños, su motivación para realizar ese viaje y también la motivación de los adultos para viajar con los niños. Para que el viaje sea llevadero es recomendable elegir y preparar los juegos para que los chicos se entretengan en el camino. Dependiendo de las edades, los tiempos de atención hacia los juegos irán variando por eso es importante contar con una amplia selección.

En todos los casos la preparación del adulto a cargo es importante y sería bueno que lo viva como una oportunidad para mantener un encuentro diferente con los niños. Hay viajes de placer, otros de obligación, otros son viajes tristes, pero en cada situación es positivo considerar: ¿Qué grado de participación puede tener el niño en la preparación del viaje? ¿Qué puede permitir el viaje? ¿Con qué herramientas contamos? ¿Necesitamos ayuda? ¿A quién recurrir?

Sin duda es una oportunidad que puede favorecer la tolerancia a las diferencias y el conocimiento y la valoración que pueden darse en una comunicación honesta entre las necesidades de niños – adultos y un proyecto en común, como en este caso representa el viaje. Entonces sí ¡a preparar las valijas!

Hasta el año y medio

Las recomendaciones generales del viaje dependen del medio de transporte y las edades: Si se trata de niños entre 0 y 1 ½ año es fundamental considerar el bienestar vinculado al confort físico y al descanso necesario; llevar ropa cómoda; tener varias mudas para poder cambiarlos; aprovechar los estímulos que el viaje mismo genera; ayudarlos a poder «ensimismarse» y cuidarse de hiperestimularlos.

Entre el año y medio y los tres años

Entre el 1 ½ y los 3 años, además de lo anteriormente mencionado, hay que considerar la necesidad de los chicos de querer moverse y trasladarse, que a esa edad se incrementa. Es beneficioso para los niños poder bajar, si viajan en auto, durante 15 minutos cada dos horas; si viajan en tren pueden recorrer los vagones; en cuanto a los viajes en avión y/o micro suelen ser especialmente complicados para los niños en esa edad. Si es por elección no suelen ser la opción más recomendada, si es por necesidad, habrá que sumar la imaginación para poder crear «mundos acordes para los chicos», mediante cuentos breves, dibujos, y todo lo que la paciencia e imaginación del adulto permita. En estos casos es una exigencia para el adulto que suele requerir un asesoramiento y/o una preparación previa significativa.

De tres a seis años

Entre los 3 y los 6 años, podemos sumar el valor agregado que tienen los relatos por «capítulos» en los cuales ellos también puedan sentirse partícipes de cómo se van desencadenando.

De seis a nueve años

Entre los 6 y los 9 años es propicio incluir el relato de cuentos en los cuales puedan sentirse protagonistas. Juegos con palabras, colores, números, suelen ser recomendados en esta etapa.

De nueve a doce años

Entre los 9 y los 12 años, el valor que tienen las canciones y la participación activa de los niños en la construcción de ellas es fundamental. Si viajan en grupo con otros pares suelen ser interesantes los juegos en los cuales se incluye lo que van viendo en el paisaje, si es que el viaje lo permite. Es importante también considerar los intereses particulares de cada niño para poder aprovechar ese tiempo, no solo como algo para tolerar sino como una oportunidad para conocerlo y/o desarrollar algún tema que luego del viaje pueda continuar.

De la redacción de tvcrecer Por Dra. Edith Vega. Psicóloga de Fundación Hospitalaria- Fundación Aigle para Revista Ohlala