Los bebés y el miedo al agua
Los chicos no suelen experimentar miedo hasta los dos años, cuando se dan cuenta de que tienen una vida aparte de su madre. Una de las manifestaciones más habituales es el miedo al agua. ¿Qué hacer cuando el bebé rechaza todo contacto con el agua?
A los dos años, el bebé se da cuenta de que es un individuo separado de la madre. En este momento aparecen las ganas de querer hacer las cosas por sí mismo, pero también surgen los miedos. ¿Cómo manejamos el miedo al agua?
Hasta los dos años, los chicos no conocen el miedo. Al no poder diferenciarse de la persona de su madre, no se dan cuenta de lo que es estar solo y a merced del mundo. A esa edad culmina un parte del proceso de separación-individuación y surge muy fuerte el deseo de hacer “ lo que quiero”, “yo solito”, y al mismo tiempo aparece el miedo: al darse cuenta de que no está unido a su mamá, también nota que le pueden pasar cosas feas y a lo mejor ella no está ahí para ayudarlo.
¿De qué modo vemos esto en el agua?
De golpe, el bebé no se anima a meter la cabeza abajo del agua, se resiste a enjuagarse el pelo, o a tirar la cabeza para atrás, en la pileta no suelta a la mamá aunque esté con salvavidas, o ni siquiera entra al agua.
¿Qué hacemos?
Ante el miedo al agua, debemos tener confianza de que es sólo una etapa y tener la paciencia suficiente para acompañarlos y ayudarlos en el proceso. El bebé seguramente resuelva su miedo, aunque no lo haga tan rápido como nos gustaría. Algo muy útil es jugar con un muñeco, haciéndole hacer al muñeco aquello a lo que él no se anima.
Dicen que los miedos se curan con “palo y zanahoria”. Yo diría que se curan con mucha zanahoria: paciencia, charla, juegos, cuentos, y un leve empujoncito en el momento en que vemos que están listos, y no cuando nos cansamos de llevarlo a la clase de natación y ni se mete al agua.
tvcrecer agradece a la Lic. Maritchu Seitún
Comentar