Masajes para los bebés y niños
No es ninguna ciencia realizar estos ejercicios en los bebés y niños pequeños. Hace falta amor y delicadeza, y aplicar algunos consejos que aquí se mencionan.
No es ninguna ciencia realizar estos ejercicios en los bebés y niños pequeños. Hace falta amor y delicadeza, y aplicar algunos consejos que aquí se mencionan.
Masajear a un bebé o a un niño es ante todo una forma de comunicación entre la madre (también puede ser el padre) y la criatura. Esta acción le proporciona momentos de verdadero placer al pequeño, lo relaja, lo distiende, lo hace estar a gusto, pero por sobre todo ello, consolida el vínculo con su madre, algo vital, en los primeros meses de vida. Y para proporcionar un buen masaje no hace falta ser un experto en la materia ni tomar cursos especiales en Harvard. Basta y sobra con el instinto de madre y con la puesta en práctica de algunos consejos de gente conocedora del tema.
El masaje, que consiste en realizar una serie de movimientos, orientados en determinada dirección, de acuerdo a la edad que tenga el niño, es recomendable comenzar a darlo al mes de vida. Y para lograr el propósito, relajarlo al bebé, sólo hace falta hacerlo con amor y delicadeza. Dos ingredientes que abundan en la madre o el padre.
La medida justa es brindar un masaje diario y en determinado lugar y contexto. En épocas invernales, los especialistas aconsejan, darlo antes o después del baño y en un ambiente cálido, en cambio, si se atraviesan jornadas veraniegas, este puede ser efectuado al aire libre o en un lugar fresco.
Los movimientos deben ser firmes, a ritmo lento y constante, calibrando la presión de los dedos según la zona, y de adentro hacia afuera y desde el centro en dirección hacia las extremidades o de abajo para arriba. Siempre con las manos humectadas con un aceite natural o bien con la crema que suele utilizarse para hidratarlo.
Una buena opción es comenzar por el pecho, deslizando las manos desde el centro hacia los costados, primero al izquierdo, y luego al derecho. A continuación masajear los brazos, girando al bebé hacia un lado y sujetándolo por el hombro. Luego, las manos, estirando con cuidado sus dedos. Y la misma acción para los pies.
Para masajear el estómago, deslizar las manos hacia abajo, alternando los movimientos con una y otra mano. Si el bebé tiene problemas de gases, este masaje ayudará a eliminarlos.
Si la criatura no es tan chica, se le puede dar un masaje en la espalda, comenzando siempre por el centro y yendo hacia los laterales. Este masaje debe evitarse si el niño tiene fiebre, gripe o alguna infección. Y si comienza a llorar, frenar inmediatamente con el trabajo, ya que ese llanto es una señal de disgusto. En cambio, si está a gusto, lo manifestará con claros signos de gozo.
De la redacción de tvcrecer
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