Los niños y la acción de gatear
Para que un niño gatee hay que brindarle las condiciones adecuadas. Está en su instinto moverse y desplazarse, sólo hay que ofrecerle motivaciones y el marco justo.
Los niños y la acción de gatear: ¿Cómo prepararnos para el momento en el que un bebé empieza a gatear?
Los niños y la acción de gatear: Para que un niño gatee hay que brindarle las condiciones adecuadas. Está en su instinto moverse y desplazarse, sólo hay que ofrecerle motivaciones y el marco justo.
Que los chicos gateen (se desplacen apoyando las manos y las rodillas y los pies, como si fuesen las patas de los gatos) no es un misterio. Si se dan las condiciones adecuadas, la mayoría de ellos puede gatear. Solo basta con brindarles libertad de movimientos y una superficie dura, donde poder afirmarse (no resbalar) y moverse. La creencia generalizada de que el gateo puede darse o no y que las condiciones necesarias son un misterio que no depende de los padres, es un error. Así lo consignan diferentes estudios realizados sobre el tema.
Por supuesto que un chico recostado permanentemente en una cama, difícilmente vaya a gatear. Si al niño se la da lugar, espacio y un incentivo para moverse, al no poder caminar (obvio), intentará desplazarse, avanzar, retroceder, porque su deseo es moverse. Todos los seres vivos desean y necesitan moverse. Eso habla bien de su salud.
Véase también: Prevención de accidentes en niños
Recomendaciones
De todos modos, existen algunas recomendaciones para ese movimiento de los niños.
1. Hasta los tres meses, cuando no esté en los brazos de los padres, el bebé debe pasar la mayor parte del tiempo acostado boca arriba, en una superficie dura, como la cuna, por ejemplo. Hasta que comienza la etapa en la cual puede gatear.
2. A partir de los tres meses empezará a necesitar más espacio para moverse y darse la vuelta; quizá durante un corto periodo, uno o dos meses, sirva su cuarto.
3. Con el correr del tiempo necesitará más lugar, ya que empieza a voltearse con agilidad de un lado a otro. También empezará a girar sobre su ombligo, y más tarde, si tiene espacio, a arrastrarse con la finalidad de alcanzar los objetos o juguetes.
4. Algunos niños no se arrastran y directamente pasan a gatear. Otros prácticamente no gatean porque se arrastran y llegan a todas partes de este modo. Es igual de válido, siempre que utilice los dos hemisferios, es decir, que coordine derecha e izquierda. No vale cualquier suelo: no sirve uno frío por motivos obvios, pero tampoco una mantita que se arruga conforme él se mueva. Lo más apropiado es colocarlo en suelos cálidos, como puede ser el parqué.
5. Otra superficie a la cual recurrir es el da la habitación si se lo recubre con una moquete o una alfombra pesada y amplia. Uno de los errores más comunes es incentivar al bebé para que gatee cuando uno cree que ha llegado el momento. Para entonces se habrán perdido miles de oportunidades de entrenar los músculos necesarios. El niño no gatea porque haya cumplido determinada cantidad de meses. Gatea porque lleva meses entrenándose secretamente para ello. Se ha acostado muchísimas veces sobre su espalda y sobre su vientre, dando vueltas y haciendo piruetas.
De la redacción de tvcrecer
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