A TVcrecer la mayoría de las consultas son sobre niños menores de dos años, por lo cual es importante explicar claramente este tema.

En la etapa intrauterina, – antes de nacer -, la mamá le provee a su bebé el hierro a través de la placenta (aca pedile al obstetra que haga una nota de placente); y una vez que el pequeño ha cubierto sus necesidades, el resto del mineral se almacena en los depósitos naturales de su cuerpo.

Estos depósitos alcanzan para sostener la duplicación del peso corporal (acá pedile que haga una nota de peso corporal según edad) que se produce alrededor del 4to mes de vida.

Luego, el lactante es totalmente dependiente del hierro proporcionado a través de la alimentación.

Al final del primer año, el niño normal ha triplicado el peso corporal y duplicado su volumen sanguíneo. Por esta razón, el requerimiento diario de hierro es similar al de un hombre adulto, pero la cantidad de alimentos consumidos por un niño de 1 año es alrededor de la tercera parte. Este simple cálculo ayuda a explicar la situación de riesgo de los lactantes.

En los bebés más pequeños, la anemia, afecta su desarrollo intelectual (acá tenemos la nota de hierro y desarrollo intelectual)

El hierro es una parte necesaria del tejido cerebral. Los impulsos de los nervios se mueven más lentos cuando hay una deficiencia de hierro. La deficiencia de hierro durante la infancia puede causar daño permanente al cerebro del niño; sin embargo, demasiado hierro también puede causar problemas. La deficiencia de hierro durante los primeros dos años de vida de un niño está asociada con cambios en el comportamiento y retraso en el desarrollo psicomotor.

Este retraso madurativo deja huellas que pueden ser detectadas mucho tiempo después de haberse corregido la deficiencia, a edades tan distantes, como al ingreso de la escuela primaria y aún en la adolescencia.

Para tener en cuenta…

1. Los bebes a quienes se los alimenta con leche de vaca (hay que hacer nota de leche de vaca y leche maternizada) antes de los 12 meses de edad corren el riesgo de contraer anemia por deficiencia de hierro.

La leche de vaca es baja en hierro necesario para el crecimiento y desarrollo del bebé. Además, la leche de vaca disminuye la absorción de hierro y puede irritar el intestino, causando pequeños sangrados. La pérdida lenta y gradual de sangre por las heces – combinada con una ingestión de hierro deficiente y absorción deficiente del hierro – puede eventualmente tener como consecuencia el desarrollo de anemia.

2. La prematuridad (esto es igual a los prematuros, y si tenemos notas de prematuros) y el bajo peso al nacer también son factores que ponen al bebé en riesgo de contraer anemia por deficiencia de hierro. Antes de nacer, los bebés nacidos a término y de peso normal han almacenado una cantidad de hierro que puede durarles entre 4 y 6 meses. En el caso de los bebés prematuros, al no pasar suficiente tiempo en el útero nutriéndose a través de la placenta materna, no almacenan la cantidad de hierro suficiente y frecuentemente se les agota alrededor de los 2 meses de edad.

¿Cómo podemos prevenir la anemia?

Promoción de la lactancia materna exclusiva

Durante los primeros seis meses de vida, el mejor y más importante alimento para el bebé es la leche materna. Se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses, ya que actúa como factor protector de anemia.

Cuando el bebé nace, a través de la leche materna, recibirá el hierro que necesita. A pesar de que el contenido de hierro de la leche materna no cubre todos los requerimientos del recién nacido, esto no le afecta, pues utilizará los depósitos que su organismo acumuló durante los 9 meses de gestación y además porque el hierro de la leche materna es altamente biodisponible, esto significa que es aprovechado por el organismo de una manera muy eficiente.

A partir de los seis meses, se recomienda complementar la alimentación al pecho con alimentos adecuados ricos en hierro, por ejemplo: carnes en los purés, cereales fortificados adecuados para la edad.

Suplementación diaria con hierro

La suplementación farmacológica constituye una estrategia a corto plazo para el tratamiento de anemias o su prevención en poblaciones de alto riesgo (lactantes, niños pequeños, niños en edad preescolar)

El tratamiento de elección es la administración oral de sales de ferrosas.

De todos modos, es sumamente importante recordar que no debes darle a tu hijo un suplemento de hierro sin antes haber consultado con su pediatra.

Magdalena Bauschen para Tvcrecer