Papa Francisco bautizó a 33 bebés en la Capilla Sixtina y dijo a sus madres que deberían sentirse libres de poder amamantarlos cuando lloren porque tienen hambre.

Durante su sermón, pronunciado en el día de la fiesta del Bautismo de Jesús y entre algunos llantos de los bebes, Francisco comparó la palabra de Dios con un «alimento nutritivo» que ayuda a crecer bien. Y aprovechó para reiterar a las madres su invitación a darles el pecho a sus hijos, incluso estando en iglesias, algo totalmente normal en América latina y quizás no tanto en estas latitudes, en ciertos ámbitos.

«Madres ustedes pueden dar leche a sus hijos, incluso ahora, si ellos lloran porque tienen hambre, amamántenlos, no se preocupen», dijo el pontífice, de acuerdo a un texto preparado. Y agregó que las mujeres no deberían dudar en hacerlo.

Mientras algunos de los 13 niños y 20 niñas lloraban en la habitación famosa por los frescos de Miguel Ángel, el Papa Francisco pidió a los fieles que recordaran a las madres pobres de todo el mundo. «Desafortunadamente, hay muchas que no pueden alimentar a sus hijos», dijo.

El bautismo es el sacramento a través del cual una persona – en la mayoría de los casos siendo bebé – es iniciada en la fe católica. El pontífice derramó agua sobre la frente de los niños como parte del ritual.

Luego hizo un pedido a padres y padrinos: «Enséñenles a sus hijos que no se puede ser cristianos fuera de la Iglesia, no se puede seguir a Jesús sin la Iglesia, porque la Iglesia es madre, que nos hace crecer en el amor de Jesús».