Baja talla en niños
La baja talla en niños puede deberse a muchos factores, entre los que se encuentran cuestiones tanto genéticas como sociales. Por lo tanto, para determinar las causas de la baja talla en los niños, el médico debe realizar un diagnóstico y señalar si se debe iniciar un tratamiento especial.
Las consultas por baja talla se presentan usualmente en tres momentos de la vida de un niño:
1. Alrededor de los 3 años, cuando los padres perciben una diferencia con respecto a un hermano menor o mayor.
2. Al ingreso escolar, donde es confrontado con un mayor número de niños de su misma edad, generando una diferencia que se traduce como: “es el primero de la fila”, “es uno de los más chiquitos”.
3. En la etapa de la adolescencia, donde las diferencias en la edad de comienzo de la pubertad los hacen sentir que sus compañeros crecen más rápido y por ende son más altos.
Cuando unos padres concurren al consultorio y refieren: “traemos a nuestro hijo a control porque no crece o es bajo”; uno trata de encontrar respuestas a unas cuantas preguntas:
1. ¿Es una baja talla?
2. ¿Es un bajo peso?
3. ¿Es una baja talla y un bajo peso o sea chiquito pero armónico?
4. ¿Es un fracaso del crecimiento?
Un niño que no crece la cantidad de centímetros por año que debería crecer según lo que indican las tablas de crecimiento para su edad.
También debe cuestionarse:
1. ¿Esto les preocupa a los padres?
2. ¿Nace de la inquietud de un familiar, amigo?
3. ¿Es realmente el niño quien está preocupado?
Para lo cual tratamos de determinar principalmente:
1. Cuál fue el peso, talla y perímetro cefálico al nacimiento.
3. Cómo se desarrolló el embarazo y cuántas semanas duró.
4. Desde cuándo es bajito o no se cambia el talle de ropa o el calzado que utiliza.
5. Crece un poco todos los años pero igual sigue siendo bajo.
6. Si es posible contar con tallas previas para realizar una curva de crecimiento y poder obtener la velocidad a la cual este niño ha crecido.
7. La altura que tiene este niño comparándola con las curvas de crecimiento (percentilos) de otros niños para la misma edad y sexo.
8. La altura de este niño con respecto a la talla objetivo genética aportada por los padres.
9. Cómo es su altura comparándola con la de sus hermanos mayores a la misma edad.
10. Cómo han crecido sus padres, si han tenido “el estirón de la pubertad” muy temprano o tardíamente.
11.Si es un niño que se alimenta adecuadamente.
12. Si las deposiciones son normales.
13. Si descansa bien por las noches.
14. Si ha tenido internaciones prolongadas o por enfermedades importantes.
15. Si está recibiendo o ha recibido tratamiento con determinados medicamentos en forma prolongada.
16. La relación del niño con su entorno familiar, en la escuela, sus amigos, etc.
Debemos comprender que el crecimiento es en proceso dinámico, que depende de un conjunto de variables, donde intervienen las características cromosómicas con interacciones hormonales, metabólicas, factores nutricionales, medioambientales y el estado de salud, dando como resultado la replicación y diferenciación celular que concluirá con el crecimiento y desarrollo del individuo. El crecimiento, ya desde la concepción, depende de una adecuada nutrición materna y un medio ambiente sano para permitir la expresión máxima de su potencial genético.
Se entiende por crecimiento a un proceso continuo pero no lineal, que por mediciones efectuadas en períodos cortos de tiempo, se ha demostrado que hay momentos de un rápido crecimiento (saltos) que se alternan con momentos de un crecimiento más lento, siendo esto diferente para las etapas: fetal, los tres primeros años de la vida, infancia tardía y adolescencia.
Una enfermedad aguda y de corta duración probablemente no afecte el crecimiento en talla de un niño. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que el retraso de crecimiento o fracaso de crecimiento puede ser la única manifestación aparente de que ese niño tiene algún problema y necesita una atención especializada.
La causa más frecuente de una talla baja no asociada a enfermedades sistémicas, tiene una base genética y una historia familiar positiva, y se llama “baja talla familiar”, siendo importante observar y representar la talla de los padres y hermanos en tablas comparándola con la del niño en estudio. Aunque debe quedar muy en claro, que un niño por ser hijo de padres bajos no está exento de padecer un problemas de crecimiento, y quien presente una anormal velocidad de crecimiento, independientemente de su altura, debe ser evaluado con gran detenimiento y se le deben realizar los estudios necesarios para llegar al diagnóstico. Para tal motivo se destaca la función del pediatra de cabecera y la importancia que tienen los controles de salud en niños “aparentemente sanos” para poder realizar no solo un minucioso examen físico sino también determinar sus alturas, la velocidad de su crecimiento y estos datos consignarlos en las tablas de crecimiento.
tvcrecer agradece al Dr. Miguel Blanco
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