El liderazgo supone que los padres se sientan movilizados a mejorar la educación de los hijos. La paradoja es que hoy en día los padres están más preocupados que nunca por la educación de sus hijos y, sin embargo, se sienten desorientados. Por si no viste la primera parte de esta nota, la encontrarás aquí: «Padres líderes».

Continuando con la línea de la reflexión anterior, me he propuesto en estos párrafos seguir ahondando en cómo se construye el liderazgo. Para ello, en esta oportunidad tomaré dos aspectos que me parecen claves: protagonismo y oportunidad.

Es muy positivo, y creo que debe ser destacado, cómo los padres se sienten movilizados por mejorar la educación de sus hijos. El otro día conversando con un padre me decía: «te imaginás a nuestros padres haciendo cursos para ver cómo aprovechar mejor el tiempo libre, la diversión en los boliches, o la educación de los buenos hábitos en los chicos pequeños…». Es cierto: nunca los padres se han preocupado tanto por tratar de acercarse a sus hijos y sin embargo aparece una paradoja, pocos tiempos nos muestra la historia en donde exista tanta desorientación en los padres. Es que nos toca vivir un tiempo complejo y esto no va en desmedro de tiempos pasados que también lo fueron, simplemente es asumir el momento histórico que hoy nos toca como educadores de nuestros hijos. Es en este momento en donde se hace imprescindible la aparición de ese liderazgo que tantas veces hemos dicho que se ha «tercerizado».

Aquí es donde encuentro un oportunidad única de protagonismo, esto es liderazgo, ser protagonistas de un cambio que creemos necesario y que nos tiene por responsables.

Para explicarlo con más claridad voy a tomar unas palabras de un especialista en liderazgo James C. Selman que nos dice: «cualquier situación o circunstancia es la consecuencia de una acción. Cualquiera que sea el futuro, podemos asumirlo como que será el producto de una acción tomada hoy; ahora».

Padres, ser líderes es ser protagonistas, y ser protagonistas es aprovechar la oportunidad que se nos presenta ahora. Somos responsables de lo que nos rodea, pero no lo vivamos con culpa sino como un compromiso que abre la posibilidad de elección y acción. Sino, no nos quedará otra opción que continuar contentándonos con las circunstancias que nos excedan, pedir por tiempos mejores, quejarnos de la realidad actual y hacer lo que podamos para sobrevivir como víctimas de situaciones extremas.

Esto, decididamente, no es lo que esperan nuestros hijos de nosotros. Cuando decimos que nuestros hijos quieren padres líderes, decimos con fuerza: quieren padres protagonistas y referentes de un mundo sin modelos, quieren sentir el orgullo de que nosotros somos sus modelos a seguir.

Nada más cercano al liderazgo que aquel que logra del otro la promoción de sus mejores cualidades, en pocas palabras, logra sacar del otro lo mejor de sí. Cuanto más valioso si se trata de nuestros hijos.

Liderazgo es hoy protagonismo y encuentra una gran oportunidad. Podemos sentarnos en la vereda a ver pasar la vida (oportunidad) o a tomar las riendas de este momento que la sociedad y especialmente nuestros hijos nos están demandando. La elección es nuestra; los frutos también.

tvcrecer agradece a Adrián Dall Asta