Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), actualizó los índices de malnutrición en el mundo. Un importante sector de la población, comenzando por los niños, se alimenta poco y mal.  

Un reciente estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), actualizó los índices de malnutrición en el mundo. Y los datos revelados encienden las alarmas: El 12, 5 % de la población padece subnutrición, es decir, come muy poco. El 20 %, sufre sobrepeso u obesidad. Y el 29% tiene una pronunciada carencia de micronutrientes, como por ejemplo el calcio o el hierro, lo cual afecta el crecimiento, el desarrollo cognitivo, y el normal funcionamiento del sistema de defensas.

Este panorama se da con similitud en la Argentina, con los mismos tres tipos de malnutrición. Incluso el porcentaje más alto se registra en la malnutrición por falta de micronutrientes en la alimentación diaria, que puede traer aparejado, problemas como el  sobrepeso o la obesidad, ya que la gente consume mucho alimentos como los fideos, las papas y el arroz -más accesibles al flaco bolsillo-, en detrimento de frutas y verduras, ricos en aquellos componentes tan vitales para el desarrollo cognitivo y el adecuado funcionamiento de las defensas.

La última encuesta sobre nutrición, del Ministerio de Salud de la Nación, arrojó los siguientes datos: uno de cada tres niños, de seis meses a dos años; una de cada seis mujeres, de 10 a 49 años, y una de cada tres embarazadas, padecen anemia. Una consecuencia directa de la falta de hierro. Algo parecido ocurre con el calcio, consumido por debajo de los parámetros recomendables, cosa que se advierte entre los chicos de edad escolar, en adolescentes y en los adultos. Aquí, los números también resultan contundentes: el 76% de los chicos que asisten a la escuela, el 97% de los adolescentes, y alrededor del 90% de los adultos, no alcanza las ingestas adecuadas de calcio. Una falencia importante.

Las principales causas de la malnutrición son los escasos ingresos de un amplio sector de la sociedad, lo cual impide acceder a los alimentos con mayor contenido de micronutrientes, por otra parte, también es causa de la deficiente nutrición, la monótona dieta alimentaria. Cambiar estos hábitos y que los bebés tengan una lactancia materna exclusiva, en los primeros seis meses de vida, alimentos fortificados en menores de dos años, la ingesta de leches y cereales con hierro, zinc, calcio y vitaminas A y C, más una dieta basada en verduras, frutas, legumbres, leches y yogures, aseguran una buena nutrición.

De la redacción de tvcrecer Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)