La ciencia no ha podido conseguir un producto que otorgue tantos beneficios para el bebé como la leche de la madre. Una producción que no se agota nunca.

La Leche materna humana es el alimento natural producido por la madre para alimentar al recién nacido. Su ingesta se recomienda como alimento exclusivo para el lactante hasta los seis meses de edad, ya que contiene todos los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo intelectual y optimizar el funcionamiento de los distintos órganos del cuerpo, excepto en el caso del recién nacido pretermino, en el que la leche materna es insuficiente y ha de fortificarse.

Esta leche, tan especial, contiene además inmunoglobulinas y otras sustancias que protegen al bebé frente a numerosas infecciones y, por otro lado, contribuye a estrechar el vínculo madre-hijo, favoreciendo un adecuado desarrollo psicomotor. De todas maneras, la integridad de sus propiedades no es completamente conocidas, el contenido nutritivo es relativamente constante y obtiene sus ingredientes del suministro de los alimentos consumidos por la madre. Si aquel suministro decrece, el contenido se obtiene de las reservas corporales de la madre. La composición exacta de leche materna varía de día en día, de toma a toma, inclusive dependiendo de si es de día o de noche, según el consumo de alimentos, el ambiente, la edad del bebé.

A lo largo de la historia de la humanidad, la ciencia no ha conseguido un descubrimiento que se aproxime a proporcionarle al recién nacido la variedad de beneficios que la leche materna brinda. Ni desde el punto de vista nutritivo ni desde el ángulo de la prevención, ya que este alimento ayuda a combatir posibles infecciones que derivan en enfermedades respiratorias. Por ejemplo, la lactancia colabora en el crecimiento del pulmón, al permitirle que un órgano más maduro y fuerte resista embates que seguramente dañarían a un pulmón inmaduro.

De acuerdo con datos estadísticos, la leche materna disminuye el 95 % de los episodios graves de bronquiolitis causados por todos los gérmenes, mientras que el mejor producto farmacéutico elaborado por la ciencia en los laboratorios, apenas alcanza una efectividad del 50 % contra un único virus. Todos los demás gérmenes actúan e infectan sin posibilidad de ser detenidos en su accionar.

Un dato importante: la mamá nunca puede ser vaciada realmente, ya que la producción de leche es un proceso biológico continuo: a mayor succión del bebé, mayor producción de leche.

De la redacción de tvcrecer