Hoy en día, nuestros hijos adolescentes pasan mucho tiempo en la web, ya sea navegando en internet, mirando videos en YouTube o visitando las redes sociales, como Facebook y Twitter. La web puede ser una gran fuente de conocimiento, pero también tiene algunos riesgos: en esta ocasión hablaremos del ciberbulling o el ciberacoso.

¿Qué es el ciberacoso?

El ciberacoso es un concepto que se empezó a utilizar en los Estados Unidos a partir de un fenómeno que fue creciendo en magnitud: la existencia de bromas pesadas o acoso entre adolescentes. Desde el Centro de Investigación del Ciberacoso definen al concepto como “el daño repetido e intencional provocado a través de computadoras, teléfonos u otros medios electrónicos”. Es decir, cuando los adolescentes usan la tecnología para acosar, humillar, amenazar o fastidiar a sus pares.

El ciberacoso puede tener efectos muy negativos en los chicos, provocando la depresión, la ira o la frustración. Muchos chicos pueden sentir temor de ir a la escuela o mostrarse en sociedad a causa de esta nueva modalidad de acoso.

¿Es una amenaza para nuestros chicos?

El ciberacoso es un fenómeno que viene creciendo constantemente en los países desarrollados. Tiene algunas características que lo diferencian de las bromas tradicionales:

• En muchas ocasiones es difícil identificar a la persona que originó el acoso, ya que se pueden usar identidades falsas creando nuevas cuentas de mail, perfiles de Facebook, etc.

• Las nuevas tecnologías permiten la multiplicación del mensaje, por lo que las bromas pueden llegar a una innumerable cantidad de personas. Por lo tanto, el acosado percibe que “todos se enteraron de la broma”.

• Las bromas pueden ser más crueles, ya que quien las lleva a cabo muchas veces no puede ver sus efectos y sentirse arrepentido.

Por lo tanto, el ciberacoso presenta ciertas características que lo convierten en una amenaza grave para el bienestar de nuestros chicos.

¿Cómo detectar el ciberacoso y qué hacer?

El ciberacoso es difícil de identificar, pero existen algunos signos que nos pueden llevar a sospechar su presencia. Hay que estar alertas cuando nuestro hijo deja repentinamente de usar la computadora o su celular, o cuando está visiblemente nervioso ante su uso o ante la llegada de un mensaje. También cuando se muestra triste después de usar alguno de estos medios o cuando evita el contacto social y tiene temor de ir a la escuela.

Los padres podemos ayudar a nuestros hijos a sobrellevar esta situación mostrándoles nuestra total comprensión y apoyo. Es importante que nos mostremos dispuestos a ayudarlos y a consensuar un curso de acción para resolver la situación. En algunos casos, es necesario contactarse con alguna autoridad de confianza del colegio o con los padres de los compañeros. También se puede investigar la fuente de las bromas con los proveedores de internet o la compañía celular. En los casos más graves, donde haya amenaza física o sexual, puede ser necesario contactarse con la policía.

De la Redacción de tvcrecer