Ya sea por exceso o por déficit, el peso corporal es un factor que influye de manera directa en la capacidad reproductiva femenina. Índice de masa corporal, insulinorresistencia y ovario poliquístico, algunos de los parámetros que se deben evaluar antes de encarar la búsqueda del embarazo.

Hasta hace unos años, poco se sabía acerca de la relación que existía entre la fertilidad y la nutrición. Hoy en día, es una de las ramas que integran un tratamiento de fertilidad.

La evaluación del peso corporal es fundamental, ya que varios estudios científicos demuestran que aquellas mujeres que poseen sobrepeso o bajo peso tienen mayores dificultades para poder concretar un embarazo.

En ambos casos, existen factores extra ováricos que contribuyen a una disminución en la capacidad reproductiva. «La obesidad se asocia con una alteración en la maduración de los folículos del ovario y con una mayor degeneración o muerte de estos folículos, lo que lleva a una peor calidad ovocitaria. Esto es ocasionado por una mayor secreción de la Hormona Luteinizante (LH), una de las que regulan el ciclo menstrual, y por los altos niveles de insulina», explicó la médica endocrinóloga María Gilligan, de Halitus Instituto Médico.

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«Cuando existe insulinorresistencia (IR), la insulina no puede trabajar de manera eficaz y requiere una mayor producción para realizar el mismo trabajo -amplió-. Ese hiperinsulinismo resultante, puede producir un aumento en los niveles de andrógenos (hormonas como la testosterona), con la consecuente anovulación. Un 75% de las pacientes obesas padecen de insulinoresistencia».

Y tras asegurar que, a su vez, existe una asociación con la pérdida recurrente de embarazos, «ya que la IR puede provocar un estado de hipercoagulabilidad y aumento de los niveles de proteínas que regulan la inflamación (citoquinas inflamatorias), con mayor daño en el endotelio vascular y disminución de la implantación», la especialista destacó que «la IR tiene una alta relación con el síndrome de ovario poliquístico».

«Las mujeres obesas suelen tener mayor tejido adiposo visceral, que es un regulador clave de factores que aumentan la insulinoresistencia, con mayor inflamación y alteración de factores de coagulación», recomendó.

Aquellas mujeres que comienzan un tratamiento de fertilidad alta complejidad, varios estudios demostraron que la obesidad se asocia con peores resultados reproductivos. Incluyendo un aumento en la cancelación del ciclo, disminución de la implantación y aumento de abortos espontáneos.
Cuál es la mejor manera de abordar la búsqueda

«Es importante realizar una consulta nutricional que permita evaluar, por un lado, la relación entre el peso y la talla a través de una medida llamada Índice de Masa Corporal (IMC) para poder clasificar al individuo en: bajo peso, normopeso, sobrepeso u obesidad. Por el otro, se realiza una anamnesis alimentaria para determinar los hábitos alimentarios de un individuo y ver si estos hábitos conllevan a una deficiencia nutricional», recomendó la licenciada en Nutrición Julieta Lupardo.

Según la especialista, «en las mujeres que se encuentran con sobrepeso u obesidad, el descenso de un 10% del peso corporal disminuye el IMC y modifica parámetros metabólicos que inciden en el eje reproductivo, mejorando la sensibilidad a la insulina, disminuyendo los niveles de andrógenos en sangre y aumentándolas tasas de ovulación».
El plan de alimentación llevado a cabo en esta situación apunta a una dieta hipocalórica, contemplando el aporte cuantitativo y cualitativo de los macro y micronutrientes esenciales para el óptimo funcionamiento del organismo.

«Otro aspecto a evaluar, es la existencia de una deficiencia o exceso nutricional a través de una profunda anamnesis alimentaria -detalló Lupardo-. Hay nutrientes que se consideran de fundamental importancia en el ámbito de la fertilidad, dentro de ellos se encuentran los antioxidantes, ácidos grasos esenciales (Omega 3), zinc, selenio y ácido fólico. Por otro lado, se realiza especial énfasis en el consumo diario de cafeína, que no debe exceder los 200mg/día (2 tazas de café) ya que la misma posee un efecto vasoconstrictor, impidiendo una buena irrigación del útero y dificultando la concreción del embarazo».

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En general, estas dos variantes (sobrepeso y deficiencia nutricional) vienen de la mano, ya que dentro de sus hábitos alimentarios el consumo de frutas y verduras se encuentra muy disminuido.

Para optimizar la búsqueda de un bebé, ya sea de manera natural o bajo tratamiento, es importante controlar el peso, seguir una dieta variada que incluya sobre todo frutas y verduras, para asegurar el aporte necesario de vitaminas, minerales, oligoelementos y antioxidantes que son fundamentales para la salud reproductiva. No debe olvidarse incluir grasas saludables (frutos secos, aceite de oliva), proteínas (las de origen animal, preferentemente del pescado) y productos lácteos.

Por todo ello, cuando una pareja decide planear un embarazo, es importante la evaluación endocrinológica y nutricional para detectar si existe algún desorden que esté afectando su fertilidad.

De la redacción de tvcrecer Fuente: Infobae.com

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