Este juego, considerado deporte, se enseña en algunos colegios, pero su instrucción no es obligatoria. Y aporta innumerables beneficios para el desarrollo intelectual del niño, entre ellos, activa la memoria, la concentración, la planificación, la motivación y la autoestima.

El ajedrez es un juego milenario y tal como se lo conoce en la actualidad, surgió en Europa, durante el siglo XV,^[, como evolución de un juego persa (shatranj), que a su vez derivó de uno más antiguo (chaturanga), practicado en la India en el siglo VI. La tradición de organizar competiciones de ajedrez comenzó en el siglo XVI y el primer campeonato oficial de este juego en el mundo, data del año 1886.

A pesar de extensos debates, que aún hoy se mantienen, este juego-ciencia, está considerado por el Comité Olímpico Internacional como un deporte, y las competencias internacionales son reguladas por la federación correspondiente (FIDE). Hay torneos individuales y por equipos. Y a todos los niveles. Incluso el escolar, desde que se comprobó que practicarlo beneficiaba en gran medida muchas acciones, entre ellas las del aprendizaje. Existen abundantes estudios e investigaciones que explican los valores pedagógicos del ajedrez, los cuales pueden aplicare a la educación. En la Argentina, si bien este juego se enseña en varios los colegios, su inclusión en los planes de estudio no es obligatoria y está más relacionada a iniciarse en un juego que a los beneficios reales para el aprendizaje. Unicamente dos países en el mundo lo consideran algo básico para el aprendizaje: Turquía y Armenia.

Jorge Berguier, coordinador nacional de Ajedrez en el Ministerio de Educación de la Nación, brinda su parecer. “La ley de educación nacional 26.206 no contempla específicamente la incorporación del ajedrez en el aula. Tenemos coordinadores en 22 de las 23 provincias argentinas, salvo en Jujuy, donde su Ministerio de Educación decidió que no se juegue en los colegios.” Sobre los 45.000 establecimientos educativos que hay en el país, sólo se enseña este juego en 4650. Y eso que el ajedrez se introdujo en nuestros colegios en el año 1913. Es poco lo que se ha evolucionado en este sentido.

Sus beneficios

Los estudios realizados acerca del ajedrez, determinan que el juego en sí estimula el pensamiento lógico y reflexivo, la capacidad de cálculo, abstracción y observación, activa la memoria, la concentración, la planificación, la motivación y la autoestima. Además, desarrolla la inteligencia cognitiva y la socio-afectiva. El juego, en su reducido ámbito de 64 casillas, se mide con patrones muy estrictos, un error es causal de una derrota y un acierto, puede derivar en una victoria. De este modo, un niño aprende que es responsable de sus propios actos.

Algunas estadísticas señalan que con su práctica disminuyen levemente los índices de violencia escolar, un flagelo que hoy golpea fuerte en las escuelas.

De la redacción de tvcrecer