Su madre resultó herida tras un ataque aéreo en la guerra civil de Siria y apenas pudo llegar al hospital. Allí le hicieron una cesárea y descubrieron que la pequeña estaba herida, pero afortunadamente, fuera de peligro.

Toda guerra causa dolor y pena. Y asombro por los límites que alcanzan y superan a diario la estupidez y la brutalidad humana. El conflicto civil de Siria es un nuevo ejemplo. La oposición racional busca el diálogo con el insensible gobierno central, con la intención de que se lleven a cargo reformas. Pero el legítimo régimen de Bashar Al Assad no quiere dar muestras de debilidad y pretende robustecerse con ayuda externa, por ejemplo, de Moscú.

Así están desde hace cuatro años, promoviendo una guerra feroz, donde prima la intolerancia, y quienes pagan las consecuencias son los inocentes ciudadanos: grandes y chicos, adultos y recién nacidos. Como es el caso de Amel, la bebé siria que nació con una herida de metralla en la frente.

Amira, embarazada de Amel y sus hijas estaban en su casa de Alepo cuando un ataque aéreo, de parte del gobierno de Bashar Al Assad, se desató sobre la zona, causando innumerables daños. Amira sufrió lastimaduras en su rostro y en su cuerpo, sin embargo pudo llegar al hospital local junto a sus tres hijos, también lastimados. Allí fue atendida y sometida a una cesárea de urgencia para que naciera Amel.

Amel, que significa esperanza, nació y los médicos enseguida aseguraron que estaba fuera de peligro… Pero… Al sacarla del vientre de su madre, la encontraron herida, tenía incrustada en la frente una pequeña esquirla.

“No sabemos si la niña salvó a la madre de la metralla o si fue la madre la que salvó a su hija», comentó uno de los doctores que participó en la operación, «Pero si sabemos

-agregó- que el diabólico régimen sirio intentó matarlas a ambas.» Abu Lou, el portavoz del hospital Mashfa al Midani de Alepo, dijo que “Amira parecía triste y confusa” y que  «sangraba por varias partes de su cuerpo, incluido el vientre.» Los médicos ahí mismo tomaron la determinación de practicarle una cesárea de emergencia y se encontraron con la sorpresa de que la metralla había traspasado el cuerpo de la madre para incrustarse en el de la pequeña.

Todo el personal del hospital le deseo a Amel un futuro mejor, al mismo tiempo que en conjunto decidieron dar a conocer el caso para concientizar a la humanidad sobre la brutalidad de la guerra.

De la redacción de tvcrecer