Hay distintos tipos de masajes para aplicarles a los bebés, cada uno tiene su función y un momento indicado para realizarlo.

El contacto piel a piel entre el bebé y sus padres es de suma importancia. Por muchas razones. La principal, es la denominada “contacto afectivo”, mediante el cual los padres establecen los primeros lazos afectivos con sus hijos, un vínculo que quedará construido para siempre y ya nada podrá romperlo. Y a partir de ese contacto, surge el masaje infantil, una antigua tradición en muchas culturas, que le permite al bebé relajar su cuerpo y calmarse, y por otro lado, le ofrece a los padres, sobre todo a la madre, quién más tiempo permanece en contacto con la criatura, disfrutar más de la experiencia de tener un hijo.

Tipos de masajes

Hay varios tipos de masajes para bebés y cada uno se adecua a un determinado momento.

Masaje relajante: Le permite al bebé a conciliar el sueño, ya que lo calma, lo serena y lo prepara para dormir profundamente. Para aplicar este masaje, los padres y el babé deben estar relajados de modo de transmitir ese estado al otro y, de paso, disfrutar de la práctica. Los momentos más apropiados para realizar este masaje son los posteriores al baño y antes de comer o un rato después de haberlo hecho (media hora o cuarenta minutos es el tiempo estimativo más corriente).

Masaje abdominal: Esta variedad ayuda a que tanto los padres, como los niños, superen la irritabilidad provocada por los cólicos del lactante, los cuales suelen producirse en los primeros meses de sus vidas. La operatoria consiste en realizar suaves movimientos circulares, en el sentido de las agujas del reloj, sobre el vientre del bebé, al mismo tiempo que el adulto a cargo mueve ligeramente las piernas de la criatura: hacia arriba y hacia abajo.

Masaje estimulante: Este masaje es el indicado para cuando los padres notan que el bebé está algo decaído. La persona que cuenta con una especia de sexto sentido para captar el estado anímico del niño es, por lo general, la madre.

Los distintos tipos de masajes son aplicables según las circunstancias y el estado en general del bebé, en momentos diferentes del día. Y no es bueno abusar de esta práctica, recomiendan los especialistas, más allá del placer y el relajamiento que producen.

De la redacción de tvcrecer