La plastilina es un material ideal para que los chicos demuestren su creatividad y su habilidad manual. Es suave, fácil de manipular y no ensucia.

La plastilina es un material muy interesante para que los chicos trabajen y le den forma a sus ingeniosos pensamientos y elucubraciones. Su textura suave, su facilidad para la manipulación, la diversidad de colores y el hecho, fundamental y determinante (sobre todo para las madres, preocupadas siempre -entre otras tantas cosas- por los gastos de tintorería), que no ensucia ni mancha ni estropea la ropa; la transforman en un material ideal para jugar, entretenerse, divertirse y crear.

En los tiempos de salas maternales y primeros años de jardín, los chicos experimentan con sus manos, aprueban o desaprueban, elementos u objetos, a través del tacto. Suelen adoptar o preferir aquellos que son suaves, lisos, y rechazar los de contextura áspera, rugosa y porosa. Tocan todo, palpan todo, cosa que en la mayoría de las situaciones, pone de punta los nervios de los padres, temerosos de que metan mano en lugares peligrosos y que puedan lastimarlos.

La plastilina, por lo tanto, reúne todas las características para agradar a los chicos. Se moldea fácilmente: se une, se separa, se vuelve a unir. Se aplasta, se estira, se hace finita, se convierte en pelota, se vuelve gruesa, se rompe en pedacitos…  Y si la figura pensada o el objeto o la forma planeada, sale mal (cosa habitual en los chiquilines), se junta todo el bollo, se amasa nuevamente, y una flamante figura, esta vez bien hecha (o, al menos, mejor elaborada que la primera) puede surgir de ese bollo suave y colorido.

La posibilidad de contar con tantos colores como los que vienen en las cajas de lápices o de marcadores, les permite a los niños hacer mezclas de todo tipo y que estas mezclas queden bien. Objetivo difícil de lograr con los elementos mencionados anteriormente. En cambio, con plastilina, tras escasos segundos de amasado, es posible fundir dos colores para formar uno nuevo, o no amasarlos tanto y que la preparación luzca media veteada. En fín, las posibilidades son múltiples. Es solamente cuestión de experimentar. Los chicos se sienten a gusto manipulando esas masas coloridas, que, por otra parte, les dan la posibilidad de demostrar todo su sentido creativo y su habilidad para trabajar con las manos.

De la redacción de tvcrecer