Es importante que los chicos se creen el hábito de la lectura. Un hábito que repercutirá positivamente en su formación académica. Cuentos cortos, con ilustraciones, tratando temas de su interés, es una buena forma de acercarlos al maravilloso mundo de los libros.

Leer es una forma de jugar. Una saludable práctica que estimula la imaginación de los chicos. Y no hace falta leer de corrido, como un experto. Lo básico es que el chico entienda lo que lee, sepa interpretarlo y luego explicarlo con sus propias palabras. Y por supuesto, que disfrute haciéndolo. Que lo entretenga la historia. Los libros destinados a los chicos acompañan con fotos o ilustraciones las páginas escritas, cosa que ayuda a una mayor comprensión. Eso por un lado, y por el otro, los dibujos, incentivan su imaginación. De este modo, los chicos recrean en sus mentes la escena ilustrada y, en base a eso, van hilvanando la historia completa. Cada lector del cuento, lo interpreta de una manera particular y diferente. Reteniendo con mayor claridad algunas cosas, resaltando con énfasis otras, y pasando por alto situaciones o detalles que otro de los chicos lectores destacaría. Esto, tal vez, dependa de las capacidades de cada uno para retener elementos que le interesan más y descartar en la memoria, los que no le atraen tanto.

La finalidad es captar con la historia la absoluta atención del chico. Factor fundamental para que la lectura resulte placentera, y lo atraiga, lo cautive. Si no, este se desconcentra con facilidad, pierde el hilo del relato y difícilmente vuelva a enfocar sus sentidos en la trama del cuento. En cambio, si la lectura lo mantiene atrapado, disfrutará cada línea del texto, y probablemente, al finalizar, tenga ganas de continuar con otra historia semejante. Una cosa lleva a la otra, una historia a otra, y la lectura se hará hábito en el niño. Un buen ejercicio que repercutirá en muchos aspectos de su formación académica: comprenderá más fácil los textos, no tendrá tantas faltas de ortografía, escribirá con mayor corrección y el vocabulario será más amplio, con lo cual su capacidad creativa tendrá un desarrollo superior. Y a la hora de entretenerse con otras cosas (juegos, disfraces, muñecos, animales de juguete), la incorporación de esas aventuras y esos personajes a su cabeza, le permitirá recrear las aventuras leídas en sus nuevos juegos.

Forzar la lectura en un niño no es aconsejable, solamente se conseguirán, por esta vía, efectos contraproducentes, que lo alejarán de los libros o las revistas de historietas. Es como tratar de imponerle un determinado juego, si este no le gusta, no hay Dios que logre  inculcárselo. Y no sólo no jugará nunca, sino que probablemente se deshaga de él. Y esto mismo puede llegar a suceder con los libros. En este sentido, conviene ir de a poco. Con libros o cuentos cortos, simples, con ilustraciones, y que traten temas que realmente le interesen a ellos. Temas que los diviertan. Así, la lectura pasará a ser un hábito, una costumbre, y al momento del esparcimiento y de la recreación, la tele, la computadora y la consola de video juegos, tendrá una competidora más en la lucha por acaparar su atención. Una competidora que sabe muy bien cómo estimular su imaginación.

De la redacción de tvcrecer.